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Cuando no haces caso a las señales

Cuando la vida te pide parar (y no quieres escuchar)

Hay momentos en los que todo en nuestro interior nos dice: "basta", pero seguimos adelante como si nada. Nos sentimos cansados, pero tomamos un café. Nos duele el cuerpo, pero nos tomamos un analgésico. La mente está saturada, pero seguimos llenando la agenda.


Ignoramos las señales porque creemos que parar es perder tiempo, porque el mundo sigue girando y pensamos que debemos seguir el ritmo. Pero llega un punto en el que la vida ya no nos da opción. Ese camino que hemos estado forzando se desgasta, esa línea temporal ya no da más de sí. Y si no nos detenemos por voluntad propia, el universo se encarga de hacerlo por nosotros.


Las fases de la alquimia del cambio


1️⃣ La incomodidad silenciosa – Al principio, solo hay un leve malestar: fatiga, falta de motivación, situaciones que nos irritan sin motivo aparente. Son las primeras señales de que algo necesita cambiar.


2️⃣ La resistencia – En lugar de escuchar, empujamos más. Nos obligamos a seguir, ignoramos las señales y buscamos atajos para seguir funcionando. Nos decimos: "solo un poco más", "cuando pase este proyecto", "cuando tenga más tiempo".


3️⃣ La calcinación – Aquí la vida empieza a ponernos pruebas más intensas. Algo se empieza a quemar en nuestra vida: estrés extremo, relaciones que se tensan, bloqueos recurrentes. Aún así, insistimos en sostener lo insostenible.


4️⃣ La putrefacción – Cuando alargamos la calcinación por pura resistencia, todo comienza a descomponerse. Aparece el colapso: agotamiento físico y mental, crisis profundas, rupturas inevitables. Lo viejo muere porque ya no puede sostenerse. Aquí es donde Urano y los eclipses actúan con fuerza, rompiendo lo que nos negamos a soltar.


5️⃣ La rendición – Cuando finalmente aceptamos que no podemos seguir forzando, llega el momento de soltar. Nos permitimos descansar, replantearnos y reorganizar nuestra vida desde otro lugar.


6️⃣ La transformación – Al otro lado del proceso, nos damos cuenta de que lo que parecía una crisis en realidad era una oportunidad. Nos recolocamos en una nueva línea temporal, una que está más alineada con nuestra verdadera energía.


Rendirse no es fracasar, es alinearse


Urano y los eclipses nos enseñan que el cambio no tiene que ser doloroso si aprendemos a escuchar antes de que la vida nos obligue. Parar no es perder el rumbo, es recalibrarlo.


🔹 Si sientes que tu cuerpo te está pidiendo descanso, escúchalo.

🔹 Si una situación se siente forzada, quizás ya cumplió su ciclo.

🔹 Si todo a tu alrededor se desmorona, tal vez es momento de reconstruir de otra manera.


💡 En vez de esperar el "uranazo", ¿y si te permites hacer el cambio antes de que el universo lo haga por ti? 🚀✨


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