Sanar el derecho a ser tú: Quirón en Aries
- Sabela Bernárdez
- hace 1 hora
- 2 Min. de lectura
Desde 2018 y hasta 2027, un viajero herido cruza silenciosamente el cielo del signo Aries. Su nombre es Quirón, y en astrología simboliza la herida que no termina de cerrar… pero que nos enseña a curar.
Aries es el signo del nacimiento, del "yo soy", del impulso vital que nos lanza al mundo. Cuando Quirón transita por Aries, la herida toca el centro mismo de nuestro ser:
¿Tengo derecho a ser como soy?
¿Puedo existir sin justificarme?
¿Tengo que luchar todo el tiempo para ser vista, escuchado, respetada?
Quirón en Aries despierta memorias de rechazo, invisibilidad, vergüenza o rabia contenida. Tal vez no pudiste expresarte libremente en tu infancia. O aprendiste que para sobrevivir, había que ser fuerte todo el tiempo. O te hicieron sentir que solo eras valiosa si rendías, si hacías, si eras "buena".
Este tránsito no llega para castigarte. Llega para mostrarte lo que ya estás lista/o para sanar.
No necesitas entender de casas o aspectos astrológicos para sentirlo. Solo necesitas mirar adentro. Tal vez últimamente te has sentido más irritable, más insegura, más expuesta… o más decidida a dejar de callar. Todo eso es parte del trabajo de Quirón en Aries.
Este proceso es colectivo, pero también muy personal. La herida es tuya, pero no estás sola. Al mirar tu carta natal, puedes ver en qué área de tu vida se está activando este proceso. Puede ser en tu vocación, en tus relaciones, en tu cuerpo o tu voz y entender por lo que estás pasando; y hacer que deje de sangrar.
Pero incluso sin carta, puedes preguntarte:
¿Dónde me estoy reprimiendo?
¿Dónde me exijo ser invulnerable?
¿Qué partes de mí estoy empezando a reclamar como propias?
Sanar con Quirón no es cerrar la herida, es aprender a habitarla con dignidad. Es entender que no tienes que demostrar nada para ser amada. Que no tienes que pedir permiso para existir.
Este tránsito seguirá hasta 2027. Aún hay tiempo, aún hay camino. No es una carrera. Es un regreso a ti. Detrás de cada herida, hay un talento oculto. ¿Estás lista?
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